En una sociedad cada vez más medicalizada, con la influencia
desmedida del marketing de las grandes que compañías farmacéuticas, y la
facilidad de recetar para poder asumir el exceso de la demanda asistencial, nos
encontramos con una realidad como la que planteaba en un artículo reciente del
pasado día 6 diciembre el país: pastillas para el dolor de vida.
Dolor es lo que produce leer un titular así. La labor
periodística es excelente, lo que resulta lamentable es la realidad que
refleja.
Decía un amigo Profesor de Universidad -de cuyo nombre me
acuerdo, pero no me quiero acordar- que había desarrollado una nueva definición
de lo que es un psicofármacos: es un instrumento que el médico pone en la boca
del paciente para que no hable.
Sabemos de la presión asistencial existente en los centros
de atención primaria y centros de salud mental, donde la realidad aplastante de
la presión asistencial lleva a que un médico tenga que ver a los pacientes en
siete minutos, en atención primaria y en 10 o 15 en atención especializada.
Se puede dar una situación paradójica: que al médico se le
ocurra la brillante idea de preguntarle al paciente: ¿A qué cree usted que se
debe su malestar psicológico? Ante la presión asistencial mencionada, lo peor
que puede suceder es que el paciente se le ocurra responder. No, es mejor no
hacer la pregunta, no vaya a ser que el paciente responda. Desde aqui se
entiende mejor la definición de mi amigo: mejor tómese usted una pastilla y no
me cuente lo que le pasa, porque no tengo tiempo para escuchar.
Los planes de reforma sanitaria del Ministerio de Sanidad,
deben de incluir una priorización de la utilización de la psicoterapia; esta, a
medio y largo plazo, es bastante más barata en términos de costes directos e
indirectos que el consumo masivo de psicofármacos al que está sometida la
población. Esto ya fue descrito con precisión y extensión por sir John
Layard de la London School of Economics.
Ver artículo de El País | Pastillas para el dolor de vida
Ver artículo de El País | Pastillas para el dolor de vida
No hay comentarios:
Publicar un comentario